lunes, 30 de noviembre de 2009

Cómo mola currar

Mucho, currar mola mucho y más cuando es de lo que has estudiado y es algo que te gusta...

Es un oficio bonito, más cuando ves el resultado, cuando tienes el fruto del trabajo y los calambres, en las manos. Aún más cuando te agradecen tu esfuerzo por sacar a delante, a contrareloj y a toda prisa pero con la misma calidad que si fuera con tiempo de sobra, ese trabajo. Y aún más cuando te lo pagan! Sí, hay amor al arte, MUCHÍSIMO, sin dibujar ya me hubiera vuelto loca (más) hace mucho tiempo. Y gracias a él he hecho las amistades que tengo ahora, que de otra manera jamás tendría. Pero siendo brutalmente sincera, de no ser por la paga... Iba a pegarse este quemazo quienyotediga. Bueno... no seré tan brutal, seré hasta medio buena, lo repetiría si fuera con más tiempo del que nos dieron... Vale, ahora un poco masoca... repetiría... porqué? Probablemente por lo que me sube el ego ver mis garabatos en otro libro. XD También, pero sobretodo porque me gusta dibujar. Me gusta tanto dibujar, que me lamento de que dibujar por trabajo me quita tiempo de dibujar para mí!

Pero que quede claro:

Amig@s dibujantes (sé que están ahí, no se escondan!), que lo saben tan bien como yo; y profanos en el tema, que no lo saben tanto: dibujar cansa, sobretodo cuando llevas casi once horas a ello seguidas sólo interrumpidas por una pausa de un cuarto de hora para almorzar y luego para merendar (cenar, qué es eso?).

Y es que no sólo son los dedos que se niegan a coger bien el lápiz/portaminas/bolígrafo/otro dedo; también está la mano que se niega a hacer otra línea más, el dolor desde la muñeca, por el codo y el hombro al forzar la postura porque la espalda ya no aguanta derecha mientras sujeto el block o estoy sentada ante el ordenador pintando con la puñetera tableta que no responde a no ser que la apuñale como a una furcia tal que si fuera el mismo Jack el Destripador... Los ojos que ya no distinguen con qué color estoy pintando, qué zona he sombreado y qué no, en qué capa estoy (no se hacen una idea de las veces en las que he sombreado sobre la capa de iluminaciones o sobre la capa de color directamente... cagando el dibujo y teniendo que rehacer gran parte del trabajo ya hecho...) Y finalmente, es la cabeza, que ya no sabe qué hace, por qué razón sigue realizando el esfuerzo de empujar a todos los demás miembros a seguir trabajando si ni ella quiere hacerlo. Al final, tras terminar de colorear el último dibujo del día, ya ni lo reviso, sé que no voy a encontrar fallos, porque en ese momento no significa nada más que unas manchas. Mañana sería otro día, para volver a echarle un vistazo y agradecer a los dioses que en un último esfuerzo (y también por pura inercia) lo he guardado con las capas separadas y en buena calidad, para poder corregir errores. Y así un día tras otro, dibujar comienza a perder su significado, faltan las fuerzas, las ganas y el ánimo de seguir forzando la máquina... pero sigo, hay que terminar el trabajo, ya descansaré cuando acabe, si es que acaba, porque parece que cada día hay algo más que añadir a la lista, parece interminable, como la historia idem. Pero finalmente la lista se terminó, ya sólo queda esperar a las correcciones finales, aún no me lo creo.

Qué ganas tengo de tener el libro terminado en las manossssss!

Y tener un ratito al día y dibujar para mí, claro ;D