- ¡Deberías leer menos tebeos y salir más por ahí de fiesta con tus amigos, como un chico normal!
Oí hace poco que un padre le decía a su hijo. ¿Para ser normal hay que salir a emborracharse, meterse mierdas en el cuerpo y en ocasiones causar molestias a unos vecinos que no tienen la culpa de tus ganas de fiesta? Qué bien estoy siendo rara.
He tenido la suerte de contar con unos padres no sólo comprensivos con mis aficiones y mis inclinaciones artísticas, sino por tener un padre más fan que yo de algunos temas. Y nunca les ha dado por criticar mi forma de ser o de vivir, (aparte de mi negatividad, que trae de cabeza a mi pobre madre). Lamentablemente el resto de la sociedad no son como mis padres.
Como chica friki que soy, me he encontrado con mucha gente ignorante que piensa que las cosas que me gustan son de críos, que no he crecido por preferir ver una serie de animación que un programa de tertulia o un culebrón. Por preferir quedarme en mi casa leyendo (lo que sea, novelas, comics) o jugando a videojuegos o chateando; que salir de marcha a emborracharme y a acabar vete a saber cómo y con quién. ¿De verdad eso es madurez? Qué quieren que les diga.
- Tía, no tienes vida.
Lo triste es que te lo diga alguien que antes de los 30 va a tener el hígado como una pasa, los pulmones como trozos de carbón, menos neuronas de lo normal y sorda como una tapia de oír reaggeton (o Camela, que también vale) a toda mecha por el subwoffer del coche del coyote de su novio. Si no me pasa nada o no tengo una enfermedad grave, probablemente mi vida sea más larga que la suya y probablemente con mejor salud. Y no sólo eso, también con más cultura, más conversación que " Has visto las fotos de tal enrollándose con tal a espaldas de tal? Tía, que fuerte!" Prefiero hablar del último libro que he leído, de la adaptación al cine de otro, de cómo pasar cierta pantalla; de la letra de esa canción que nadie conoce y que no puedo dejar de escuchar porque me dice más que cualquier tema con miles de discos vendidos... Lo que haga fulanito de tal con quien sea me la trae floja a no ser que haya inventado una forma de teletransportarse para ver cuando quiera a esas personas que tanto me importan y que viven lejos; o algo igualmente significativo.
- ¿Que tu chico vive en Estados Unidos? ¿Un novio por internet? - Y te miran como si fueras un bicho raro. - Eso no es una relación ni es nada. ¡Déjalo y búscate a alguien que viva más cerca!
Igual que no eliges dónde naces, tampoco eliges de quién te enamoras. Sí, se sufre porque la distancia es un factor negativo; y mueres un poquito cada vez que tienes que despedirte. Pero no cambio a mi chico con el que chateo prácticamente cada día y con el que estoy muy contenta y con el que puedo ser yo misma; por uno cualquiera que encuentre en una de esas salidas, para cambiarlo al mes siguiente por otro cortado por el mismo patrón. El dolor de la distancia no es nada, si lo comparo con lo vacío que tienes que tener el corazón para pasar de una persona a otra sin que te duela ni un poco.
- Qué rara eres.
Es lo más bonito que me puede decir alguien así. Hasta el tono me gusta, fíjate, me gusta resultarles rara, si para esas personas fuera normal... me preocuparía.
Podría seguir, y montar un drama, porque tengo cuerda para mucho, pero ¿sabes qué? Soy friki y por lo tanto, siempre ocupada con alguno de mis muchísimos intereses. ;)
Oí hace poco que un padre le decía a su hijo. ¿Para ser normal hay que salir a emborracharse, meterse mierdas en el cuerpo y en ocasiones causar molestias a unos vecinos que no tienen la culpa de tus ganas de fiesta? Qué bien estoy siendo rara.
He tenido la suerte de contar con unos padres no sólo comprensivos con mis aficiones y mis inclinaciones artísticas, sino por tener un padre más fan que yo de algunos temas. Y nunca les ha dado por criticar mi forma de ser o de vivir, (aparte de mi negatividad, que trae de cabeza a mi pobre madre). Lamentablemente el resto de la sociedad no son como mis padres.
Como chica friki que soy, me he encontrado con mucha gente ignorante que piensa que las cosas que me gustan son de críos, que no he crecido por preferir ver una serie de animación que un programa de tertulia o un culebrón. Por preferir quedarme en mi casa leyendo (lo que sea, novelas, comics) o jugando a videojuegos o chateando; que salir de marcha a emborracharme y a acabar vete a saber cómo y con quién. ¿De verdad eso es madurez? Qué quieren que les diga.
- Tía, no tienes vida.
Lo triste es que te lo diga alguien que antes de los 30 va a tener el hígado como una pasa, los pulmones como trozos de carbón, menos neuronas de lo normal y sorda como una tapia de oír reaggeton (o Camela, que también vale) a toda mecha por el subwoffer del coche del coyote de su novio. Si no me pasa nada o no tengo una enfermedad grave, probablemente mi vida sea más larga que la suya y probablemente con mejor salud. Y no sólo eso, también con más cultura, más conversación que " Has visto las fotos de tal enrollándose con tal a espaldas de tal? Tía, que fuerte!" Prefiero hablar del último libro que he leído, de la adaptación al cine de otro, de cómo pasar cierta pantalla; de la letra de esa canción que nadie conoce y que no puedo dejar de escuchar porque me dice más que cualquier tema con miles de discos vendidos... Lo que haga fulanito de tal con quien sea me la trae floja a no ser que haya inventado una forma de teletransportarse para ver cuando quiera a esas personas que tanto me importan y que viven lejos; o algo igualmente significativo.
- ¿Que tu chico vive en Estados Unidos? ¿Un novio por internet? - Y te miran como si fueras un bicho raro. - Eso no es una relación ni es nada. ¡Déjalo y búscate a alguien que viva más cerca!
Igual que no eliges dónde naces, tampoco eliges de quién te enamoras. Sí, se sufre porque la distancia es un factor negativo; y mueres un poquito cada vez que tienes que despedirte. Pero no cambio a mi chico con el que chateo prácticamente cada día y con el que estoy muy contenta y con el que puedo ser yo misma; por uno cualquiera que encuentre en una de esas salidas, para cambiarlo al mes siguiente por otro cortado por el mismo patrón. El dolor de la distancia no es nada, si lo comparo con lo vacío que tienes que tener el corazón para pasar de una persona a otra sin que te duela ni un poco.
- Qué rara eres.
Es lo más bonito que me puede decir alguien así. Hasta el tono me gusta, fíjate, me gusta resultarles rara, si para esas personas fuera normal... me preocuparía.
Podría seguir, y montar un drama, porque tengo cuerda para mucho, pero ¿sabes qué? Soy friki y por lo tanto, siempre ocupada con alguno de mis muchísimos intereses. ;)