Yo estaba en octavo de EGB al llegar a casa del colegio, cuando mi madre me dijo que tenían una sorpresa, me cogió de la mano y aún cargada con la mochila llena de libros, me llevó delante de una caja de fruta, con un cojín dentro, y en medio una bolita de pelos blanca y canela... Era él, el primer perro que de verdad me podía quedar. Un Shi-tzu de un mes, pequeñito y tembloroso. El nombre venía ya en su pedigrí y total, no se lo cambié, me parecía gracioso.
Costó que no se orinara por la casa, pero pronto nos conquistó a todos, correteando por entre nosotros con un cascabel al cuello para no pisarlo. Mi hermano empezó a llamarlo "peludo" y se le quedó al final como apodo, también respondía a ese nombre, casi más que al propio. Cuando mi hermano... eligió morirse, no me apetece decir la palabra... él notó su ausencia, se quedaba mirando a su cuarto, siempre que lo sacaba a la calle esperaba verlo venir de las canchas y rascarle la cabeza... Tardó mucho en darse cuenta de que no volvería.
Intenté que siguiera con sus costumbres, lo sacaba muy temprano y jugaba con él a la pelota en las canchas, cuando no había nadie que le molestara. Un día uno de los perros de presa del barrio le dio un susto, desde entonces no le gustan otros perros, los esquiva, pero a los perros grandes les ladraba, ya no, está muy mayor para esas cosas.
Con Salsa se lleva bien a ratos, siempre y cuando no esté alguno de los dos comiendo o durmiendo. Era muy divertido verlos perseguirse según la época del año de uno y de otro, en la que si uno quería el otro no y viceversa.
Siempre ha sido un perro gruñón, de esos que los rascas y se quejan de que estás molestándolos, pero muy mimoso, porque incluso gruñendo, se restriega como un gato y pide más caricias. Y aunque tranquilo, era de esos que no te dicen que no a perseguir un juguete que le has lanzado para que te lo traiga... pero eso era antes.
Tiene trece años, el más longevo de su familia, que han fallecido todos con mucha menos edad de la que él tiene. Y los achaques empiezan a notársele. Más gruñón que antes, la artritis, está medio ciego, y medio sordo, tiene incontinencia... Y desde esta mañana... sabemos que tiene un soplo en el corazón, y no uno pequeñito con el que puede vivir sin problemas... es muy grande y hace que le cueste respirar y que le fluya bien la sangre... de hecho hasta los pulmones los tiene llenos de líquido. El veterinario nos dijo que con las medicinas se puede alargar su vida o al menos hacérsela más cómoda el tiempo que le queda... y me ha costado no echarme a llorar en la consulta. Sé que nada dura para siempre, pero nunca me paré a pensar que ese monstruito peludo y gruñón podría faltar algún día en mi casa.
Esperemos que lo que le queda por vivir le sea al menos dulce.
Costó que no se orinara por la casa, pero pronto nos conquistó a todos, correteando por entre nosotros con un cascabel al cuello para no pisarlo. Mi hermano empezó a llamarlo "peludo" y se le quedó al final como apodo, también respondía a ese nombre, casi más que al propio. Cuando mi hermano... eligió morirse, no me apetece decir la palabra... él notó su ausencia, se quedaba mirando a su cuarto, siempre que lo sacaba a la calle esperaba verlo venir de las canchas y rascarle la cabeza... Tardó mucho en darse cuenta de que no volvería.
Intenté que siguiera con sus costumbres, lo sacaba muy temprano y jugaba con él a la pelota en las canchas, cuando no había nadie que le molestara. Un día uno de los perros de presa del barrio le dio un susto, desde entonces no le gustan otros perros, los esquiva, pero a los perros grandes les ladraba, ya no, está muy mayor para esas cosas.
Con Salsa se lleva bien a ratos, siempre y cuando no esté alguno de los dos comiendo o durmiendo. Era muy divertido verlos perseguirse según la época del año de uno y de otro, en la que si uno quería el otro no y viceversa.
Siempre ha sido un perro gruñón, de esos que los rascas y se quejan de que estás molestándolos, pero muy mimoso, porque incluso gruñendo, se restriega como un gato y pide más caricias. Y aunque tranquilo, era de esos que no te dicen que no a perseguir un juguete que le has lanzado para que te lo traiga... pero eso era antes.
Tiene trece años, el más longevo de su familia, que han fallecido todos con mucha menos edad de la que él tiene. Y los achaques empiezan a notársele. Más gruñón que antes, la artritis, está medio ciego, y medio sordo, tiene incontinencia... Y desde esta mañana... sabemos que tiene un soplo en el corazón, y no uno pequeñito con el que puede vivir sin problemas... es muy grande y hace que le cueste respirar y que le fluya bien la sangre... de hecho hasta los pulmones los tiene llenos de líquido. El veterinario nos dijo que con las medicinas se puede alargar su vida o al menos hacérsela más cómoda el tiempo que le queda... y me ha costado no echarme a llorar en la consulta. Sé que nada dura para siempre, pero nunca me paré a pensar que ese monstruito peludo y gruñón podría faltar algún día en mi casa.
Esperemos que lo que le queda por vivir le sea al menos dulce.
5 comentarios:
*un abrazo*
awww *abrazotes* muchos besitos y achuchones para este entrañable gruñoncin
Este es el lado amargo de tener animales... sé perfectamente que cuando yo tenga a mi perrito o a mi gatito, desde el primer momento tendré que prepararme para asumir que un día ya no estará conmigo. Es ley de vida, qué le vamos a hacer...
En fin, sólo puedo decirte que espero que tu Rocco viva feliz y con una buena calidad de vida, sin sufrimientos innecesarios, el tiempo que le quede. Y no me cabe duda de que será así y de que todo el cariño que necesite no le va a faltar en ningún momento, así que cuando llegue la hora de la despedida, se irá feliz sabiendo que ha tenido es suerte que tantos y tantos otros perros no tienen, la de vivir en un buen hogar con buena gente.
Muchos ánimos.
*abrazote para Marsie*
*rascadita en las orejas para Rocco*
*un abrazo bien fuerte*
Aqui si que puedo decir que lo he pasado. Porque yo ademas vi agonizar a mi perra. La pobre... escandalosa, algo caprichosa, ODIABA a los gatos desde que una casi la saca un ojo... Pero hacia muchisima compañia.
Lo dicho, un abrazo bien fuerte para ti y muchas caricias en el lomo para Rocco ;)
Un abrazo fuerte para ti y caricias y mimos para Rocco, esperemos que el tiempo que le quede sea tranquilo y féliz.
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